martes, 1 de noviembre de 2011

Whatsapp, ni contigo ni sin ti, volumen 2

¡Hola a tod@s!

¿Qué tal se ha dado el puente?

El post de hoy es una segunda parte de este que escribí hace tiempo. Mi opinión sobre esta conocida aplicación para el móvil no ha cambiado mucho, pero algo si.
Ahora todos vivimos pegados al teléfono móvil, eso es un hecho, es indiscutible y no creo que cambie en breve.

Intercambiamos el número de teléfono como si nada, sin darnos cuenta de las implicaciones que esto conlleva. Me explico.
Cuando decides darle tu Facebook a alguien, tienes la opción de configurar la privacidad de tu perfil, de manera que los nuevos amigos puedan tener acceso sólo a la información que hayas seleccionado previamente.Puedes también eliminar a alguien o incluso bloquearlo.

Con Twitter pasa lo mismo, si alguien te molesta, siempre tienes la opción de bloquearlo, de esta forma no vuelves a saber de ese follower pesado o maleducado.


Pero con el número de teléfono no. Cuando decides dárselo a alguien, estás perdida/o. El Whatsapp al ser algo instantáneo es peligroso, si la persona en cuestión es, por decirlo de alguna manera, un poco "insistente".
Me reitero en lo que dije en el post anterior. Muchas personas por desgracia no saben cuándo parar de mandar mensajitos ridículos en los que no quieren decir absolutamente nada.Un simple "estoy ocupada/o "ya no vale.No se respeta eso.

Creo que el mayor peligro de esta aplicación (que insisto como dije en el post anterior, es muy útil en ciertas circunstancias) es a la vez su mayor virtud: es algo instantáneo y que además te informa de si el destinatario ha recibido o no el mensaje, con lo cual, cuando no se contesta, puede dar lugar a enfados o malentendidos absurdos, puesto que el móvil aún no es un apéndice de nuestro cuerpo, y no siempre lo llevamos encima (aunque la mayoría de la veces sea así).

Claro, tienes la opción de bloquear a ese contacto, de manera que no pueda mandarte whatsapp de nuevo. Hasta ahí el plan es perfecto.



El problema viene cuando comienza un bombardeo de SMS. Si, señoras y señores, SMS, ese medio de comunicación tan vintage que ya casi nadie usa, y que  se ha convertido  casi en algo romántico.

Y llegados a este punto no puedo dejar de preguntarme cómo debemos actuar ante estas personas que no respetan nuestra decisión de no seguir un juego que no lleva a ninguna parte. ¿Debemos dar mal el número de teléfono? ¿Debemos tener dos números? ¿O es mejor ignorar completamente los mensajes?

Seguro que a más de una/o os ha pasado lo siguiente: salís a tomar algo , y alguien decide que está lo suficientemente aburrido como para preguntar qué hacéis,aún sabiendo perfectamente vuestros planes,  y como no contestáis, porque insisto, estáis OCUPADOS, os veis sometidos a un auténtico bombardeo de mensajes.

¿Qué hacer en estos casos? Porque podemos bloquear a un contacto de la aplicación, pero no podemos impedir que nos mande SMS.

Yo antes era una gran fan de esta aplicación. Ahora cada vez la uso menos. Y he aprendido que hay que tener mucho cuidado a la hora de dar el teléfono a alguien.

Llamadme rara.Llamadme exagerada.Pero lo cierto es que no me hace ni pizca de gracia la idea de que mi número esté en manos de gente que no sabe o no quiere respetar los momentos en los que decido pasar de todo no estar disponible.

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